miércoles, 2 de septiembre de 2009

Pan-panfama, fama-famapan

Primer acto:
Un invidente entra en una cocina, posa sus dedos sobre un rallador que hay sobre la encimera y dice «¿Pero quién ha escrito esta mierda?»

Segundo acto:
el 30 de julio de 1932, Albert Einstein, animado por la Liga de las Naciones y el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual de París, envió una carta Sigmund Freud para cruzar impresiones sobre las guerras. Su pregunta es: ¿Hay algún camino para evitar a la humanidad los estragos de la guerra? Freud se lo piensa y repiensa todo y le contesta dos meses después. En su extensa carta le habla un poco de todo, que los conflictos entre humanos se zanjan con la violencia, que las pulsiones de los humanos son de dos clases (las eróticas y las de agresión) y muchas más cosas que podrán encontrar aquí, que aparece la correspondencia entera. A mí me gusta mucho el siguiente párrafo, que imagino que cuando lo leyera Einstein se quedaría con todo el pelo de puncha:

(...) Rarísima vez la acción es obra de una única moción pulsional, que ya en sí y por sí debe estar compuesta de Eros y destrucción. En general confluyen para posibilitar la acción varios motivos edificados de esa misma manera. Ya lo sabía uno de sus colegas, un profesor Lichtenberg, quien en tiempos de nuestros clásicos enseñaba física en Gotinga; pero acaso fue más importante como psicólogo que como físico. Inventó la Rosa de los Motivos al decir: «Los móviles {Bewegungsgründe} por los que uno hace algo podrían ordenarse, pues, como los 32 rumbos de la Rosa de los Vientos, y sus nombres, formarse de modo semejante; por ejemplo, "pan-panfama" o "fama-famapan"».

No me digan que no es un párrafo salao. Que no se entiende, también. Pero salao, es muy salao.

2 comentarios:

Arkab dijo...

Bueno, es que Freud era bastanta salao. No quiero decir salao,salao, lo que viene siendo salao con escamas Maldon, pero sí que era salao... Por los cohoneh, Harry, que me he leído su libro «El chiste y su relación con el inconsciente» ─ojo, mejor dicho, me he leído el resumen para personas sólo un poco más listas que Bush que hay en el Rincón del vago, no vayamos a pensar que yo soy capaz de leer a Freud más de cinco segundos seguidos sin respirar─ y es para ser apedreado en plaza pública.

Harry Sonfór dijo...

Bueno, Arkab, es que el chiste que cuenta sobre la acogida de Rothschild a Hirsch-Hyacinth, que dice que lo trata muy "familionarmente" destroza el libro. Es un chiste muy malo. No, que lo que pasa es que en lenguas germanas resulta más gracioso, dirán. Pues no, el chiste es malo. A mí Freud me gusta horrores, pero me gustan las descripciones que hace de sus pacientes, que son muy bonitas. Luego ya cuando se pone con las pulsiones paquí y las pulsiones pallá pues no es lo mismo. Ahí ya me va cansando...